jueves, 7 de mayo de 2009

El hombre justo no es el que no comete injusticia, sino el que, pudiendo ser injusto, no quiere serlo


Como me dijo una vez un buen amigo: "Miguel, sólo existe un verdadero éxito en la vida. Poder vivir como se desea". ¡Que razón tenía mi amigo!.

A lo largo del tiempo te das cuenta que la espiral en la que se ha convertido tu vida, ha girado siempre en torno al mundo y no a las verdaderas convicciones que uno tiene, sin embargo, eso no debe preocuparnos realmente si nos paramos un segundo de nuestras ajetreadas vidas, a recapacitar un poco. Lo importante realmente, es traspasar la barrera del tiempo y darte cuenta que tu entorno a cambiado, tu vida, tus amigos, pero nunca tus anhelos, tus deseo internos y porqué no: "tus frustraciones internas", aquellas que te hacen seguir vivo y en la lucha diaria.

La verdadera felicidad no es aquella que carece de problemas, sino la que sabe como superarlos, ya que tolerar no quiere decir aguantar, sino mantener la calma cuando hay tormenta y la verdad es lo más valioso que tenemos: ¡economicémosla!.

Cuando leo y releo, algunas cosas de la época de las capuchas, siempre me viene la misma idea: aquellos hombres, como no sabían que era imposible conseguir sus objetivos, lo hicieron. Quizá esta frase puede paracer atípica, pero quizá si hubieran pensado lo contrario no hubieran luchado por ello. También se ha demostrado luego que el asociacionismo posterior trajo verdaderas zancadillas entre aprendices de políticos y las consignas eran claras: "el clavo que sobresale siempre recibe un martillazo", pero me gustan más los sueños del futuro que la historia del pasado y aunque a algunos les cueste entenderlo, la mente es como un paracaidas, y sólo funciona cuando se abre, por ello la conformidad obstruye el progreso.

Es posible que tengamos todavía que aprender que si te aplauden, nunca presumas hasta saber quien te aplaudió y que a veces es preferible y necesario saber que toda convicción es una verdadera cárcel.

Mi amigo también me dijo una frase que no he conseguido olvidar y es que más vale parecer un idiota con la boca cerrada, que abrir la boca y disipar toda duda, por ello si algún momento piensas que esto no tiene solución, no te preocupes. El peor día de tu vida sólo durará 24 horas.


Un tal Patxi (para mi quizá una de las personas que más han marcado mi carácter profesional y asociativo, el cual estoy seguro desconoce esta circunstancia), me hizo aprender allá por los 90, que la fidelidad es la confianza erigida en norma, ya que el egoísta se ama a si mismo sin rivales y que el que no reconoce ambos conceptos, no merece la pena que se le guarde fidelidad. ¡Cuan desgraciados son aquellos hombres que se creen que tienen todas sus ideas muy claras, porque no les permite ver la realidad del mundo que les rodea y el que teme sufrir, sufre doblemente temor, por ello siempre serán infelices.


Gracias a la experiencia que adquirimos en la vida (por cierto, experiencia es el nombre que damos a nuesras equivocaciones), nos damos cuenta que las ideas que todos tenemos no duran mucho, hay que hacer algo con ellas, ya que de no ser así, nos daríamos cuenta que esta carencia nos daría a entender que lo surgido de la nada, pueda alcanzar las más altas cuotas de miseria.


Por mi parte y analizando mi trayectoria, me siento feliz, contento, ya que me doy cuenta que sigo siendo todavía un idealista y no se donde voy, pero se cual es el camino y que algo si he aprendido. Cuando escucho la frase tan utilizada en este mundillo "Me han dicho que...", ya de por si es mentira.


Cada uno deberíamos mirarnos el ombligo antes de creernos que somos alguien y recordar que efectivamente somos únicos...Exactamente igual que los demás.


Un saludo

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