miércoles, 15 de enero de 2014

Albert Rivera-Una nueva esperanza

Hace unos días cayó en mis manos un artículo titulado “Albert Rivera, un resquicio a la esperanza”. No pude aguantar la ocasión, para dejar constancia en las redes sociales, de mi completo acuerdo con el contenido del mismo.

En él, se reflejaba el rayo de esperanza que representaba para la ciudadanía, (harta de los políticos actuales y del mundo paralelo en el que se habían sumido nuestros representantes, muy distante del sentir y las necesidades del pueblo), un joven, pero ducho en este terreno, cuyo nombre era Albert Rivera, representante por otro lado, de un partido cuyo nombre no podía ser más cercano “Ciudadanos”. Buen comienzo en el nombre, pero a medida que te adentras en el conocimiento de sus inquietudes y pensamientos, te vas dando cuenta de la cercanía en sus postulados, a las demandas del ciudadano común y corriente, cuyos problemas más acuciantes son pagar la hipoteca, mantener sus pequeñas o medianas empresas o poder alimentar a sus hij@s.

 

Aunque si algo hay que agradecer y reconocer a nuestros actuales representantes políticos , es que han sido capaces de unir a un pueblo. Si señor, digo bien, “unir a un pueblo”. Me explicaré. Debido a su incompetencia, falta de criterio en la toma de decisiones respecto a las verdaderas necesidades del ciudadano, así como a la frustración de éstos, de ver como sus representantes no hacían nada por ellos, han hecho posible que todos los ciudadanos dejen de creer en la política. La corrupción institucional generalizada, la podredumbre de las instituciones, así como la reiterada vulneración de los programas políticos, han convertido a las políticas de izquierda-derecha, en una trasnochada y anacrónica forma de ver la actulidad de nuestro País. Por todas estas circunstancias, la figura de Albert Rivera y Ciudadanos, son un soplo de aire fresco para ese pueblo. Una luz de esperanza por su frescura, que han devuelto la ilusión.

 


Por ello y porque creo necesaria esa regeneración política, chapó por Don Albert. Le esperamos como agua de mayo.

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