viernes, 8 de julio de 2011

«Nuestra sociedad actual se encuentra en un lamentable vacío de ideas»

«Nuestra sociedad actual se encuentra en un lamentable vacío de ideas». La afirmación contiene una constatación, pero sobre todo una aspiración: es preciso un nuevo impulso de ideas para comprender mejor lo que implica ser una sociedad fuerte y creyente en sus pilares fundamentales, entre ellos el Estado; la interacción entre los diferentes partidos políticos de nuestro sistema Constitucional nos urge a dar ese impulso, para que la integración se desarrolle bajo el signo de la solidaridad y de la realidad social que nos rodea, en vez del de la marginación de numerosos colectivos, los cuales están padeciendo cruentamente una desidia institucional. Dicho pensamiento obliga a una profundización crítica y valorativa de la categoría de la relación. Es un compromiso que no puede llevarse a cabo sólo con las buenas palabras o las promesas puntuales en un momento electoral, dado que requiere la aportación de pruebas palpables, para captar con claridad las necesidades de colectivos marginados socialmente, y que de refuercen de una vez por todas la dignidad trascendente de esos colectivos. Entre los mismos podemos destacar el de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, columna vertebral del estado actual, el ejército, la asistencia sanitaria, la docencia, etc. En definitiva colectivos tan importantes para el desarrollo normal de un Estado y tan poco valorados socialmente, sobre todo sus componentes.


Pero hoy trataré específicamente el de las fuerzas y Cuerpos de Seguridad:

El hombre como componente de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,  se valoriza no aislándose sino poniéndose en relación con los otros y acercándose al ciudadano. Por tanto, la importancia de dichas relaciones es fundamental. A este respecto, la razón encuentra inspiración y orientación en el claro sentimiento de poder ponerte en el lugar del otro, según el cual la Institución a la que se pertenece. No absorbe en sí misma a la persona anulando su autonomía, como ocurre en las diversas formas del totalitarismo que están sufriendo estos Cuerpos, sino que la citada autonomía personal debe valorizarla más aún, porque la relación entre persona y comunidad es la de un todo hacia otro todo, así también la unidad de una Institución no debe anular de por sí a las personas, los pueblos o las culturas, sino que los debe hacer más transparentes los unos con los otros, más unidos en su legítima diversidad.

El tema del buen desarrollo institucional, coincide con el de la inclusión relacional de todas las personas y de todos los pueblos en la única comunidad, que se construye en la solidaridad sobre la base de los valores fundamentales de la justicia y la paz. Actualmente existe un grave enfrentamiento entre estas Instituciones, cuando su interrelación debería ser perfecta. Los citados valores justicia, paz, dignidad y seguridad ciudadana, actualmente se encuentran en un punto sumamente degradado y sus miembrso se ven sometidos una y otra vez a humillaciones, indignas de una sociedad moderna y actual como la nuestra. La dejadez y el mal trato que han experimentado las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en los años que casualmente ha estado Alfredo Pérez Rubalcaba en el ejecutivo, han sido los peores años según las propias Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. De hecho este individuo ha sido unánimamente designado como “el peor Ministro de Interior de la democracia”.

El poder político debe ser  signo e instrumento de esta unidad entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y los ciudadanos. Por ello deben ser respetados, valorados y protegidos para poder ser garantes de los derechos de los ciudadanos, los cuales actualmente ellos no disponen y les van siendo cada vez más vetados, frente a la permisibilidad con la que se da acceso a las instituciones públicas a entidades y sectores, afines al terrorismo.

Por ello simplemente concluyo diciendo simplemente un epitafio, si Rubalcaba sale elegido como nuevo Presidente de España: “DESCANSE EN PAZ”.

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