viernes, 6 de noviembre de 2009

"LA MAYOR UTOPÍA DEL MUNDO"

PINCHAD SOBRE LA CANCIÓN, MERECE LA PENA



Quizá esta pequeña reflexión, sea una de las más difíciles de realizar. ¿Cómo poder expresar tantos sentimientos contradictorios en un documento frío como es el texto de un blog público como este?.

Intentaré dar una pequeña idea sobre algo que muchas veces pasa imperceptible para cada uno de nosotros y no nos damos cuenta la importancia real, hasta que no lo tenemos.

Me gustaría intentar hacer llegar el mensaje y su importancia a todos aquellos que pudieran leer mis humildes reflexiones y no se si seré capaz de conseguirlo, aunque por lo menos lo intentaré.

A lo largo de nuestras vidas posiblemente no nos hayamos parado a reflexionar, ni un solo minuto, sobre quien somos, porqué somos así y hacia donde vamos. Creemos sin embargo ser conscientes de todo aquello que hemos dejado atrás y pretendemos a su vez saber hacia donde dirigimos nuestros pasos, pero hay algo que no sabemos comprender, ni recordar, la importancia de aquellos que han hecho posible todo aquello que somos.

A lo largo de nuestra vida, hemos estado expuestos a fracasos, decepciones, alegrías, éxitos, etc. Pero de todos ellos hemos sacado algo positivo con el tiempo. Y eso ha sido sin duda la experiencia de lo vivido en cada recuerdo. Pero lo que nunca nos hemos planteado, hasta que ha sido demasiado tarde es quien ha estado apoyándonos a cada paso que hemos dado, cada caída, cada sufrimiento. No hemos sabido valorar en su justa medida, aquellas personas que han sacrificado todo, simplemente por nada.

La mayoría hemos tenido una infancia más o menos bonita, una adolescencia más o menos tranquila y una madurez más o menos dura, pero a lo largo de esta última hemos dedicado básicamente nuestro tiempo a nuestro desarrollo profesional y personal. Hemos estado más pendiente de elaborar planes de futuro, que de mirar realmente a nuestro presente, sin darnos cuenta lo pronto que se convierte en pasado. ¡Que curioso es esto del tiempo, verdad?.

Hemos ido viendo como envejecían a nuestro alrededor, con una naturalidad asombrosa, aquellas personas que teníamos a nuestro lado, sin darnos cuenta como pasaba también para nosotros, completando así el ciclo natural de la vida. Pero a pesar de esto, no hemos dedicado un minuto a reflexionar sobre nosotros mismos y sobre aquellos aspectos de la vida que realmente si son importantes. Me refiero a un segundo de nuestra agitada vida, a un beso de amor y dulzura a una madre, a un te quiero de corazón a un padre, a un abrazo sincero de un amigo (¡que difícil es esto último!). Para concluir, en los segundos de nuestra vida más insignificantes para nosotros y que pasan tan desapercibidos, pero que realmente y sin darnos cuenta son los más importantes y aquellos que realmente forjan nuestro alma.

¡Que poco tiempo dedicamos desde todas las esferas y en todos los niveles, para comprender la importancia de aquellas mujeres que han sacrificado su vida, sin esperar nada a cambio, por una simple sonrisa de su hijo!.

Si hay algo que tengo muy claro, es que en el mundo podrían existir algunos conceptos éticos, pero tengo más claro aún, que cuando la mujer fue madre por primera vez, se instauró el concepto de la solidaridad, de la entrega total y absoluta, del principio básico de amor verdadero.

¡Que poco tiempo dedicamos sin embargo, a pensar en aquellas que abandonaros sus inquietudes personales y profesionales!. En aquellas mujeres, que en silencio sufrieron lo que nosotros sufríamos. En esas damas que dejaban sus ilusiones, alimentándose de los éxitos de las nuestras.

Desde mi humilde reflexión, me gustaría pedir a todos y cada uno de nosotros, que dedicáramos un solo minuto a pensar en nuestras madres. Que aquellos que hace tiempo que no hablan con ellas, sean capaces de descolgar el teléfono y hacerlas sentirse queridas, aunque sólo sea por un instante. Que fuéramos capaces de esgrimir un simple “te quiero”, para hacerles el mejor regalo que un hijo puede hacer a una madre. Que olvidemos las diferencias que hayamos podido tener con ellas en el pasado y comprender que gracias a ellas estamos aquí.

Me gustaría a su vez solicitar al mundo político, institucional y sindical, que emprendieran una lucha real y sin partidismos, para que estas mujeres tuvieran reconocido de una vez por todas, su sacrificio personal.

En definitiva, me gustaría pediros a todos, simplemente tiempo. Unos pocos y breves minutos de vuestra vida, para reflexionar y pensar en aquellas que fueron capaces de dar todo por nada. Si somos capaces de sentir lo que ellas sintieron en el momento de darnos la vida y ese sentimiento fuera capaz de forjarse en nuestros corazones, estoy completamente seguro que el mundo iría mucho mejor.

Desde luego esta si que sería la mayor utopía del mundo.

Permitidme acabar, diciéndole a mi madre, que hoy he pensado en ella y que la quiero más que ayer, pero menos que mañana.

Un saludo

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre, tus reflexiones ayudan a que nosotros lo hagamos tambien....
Soy hija, y logicamente quiero a mi madre...pero quizas, aun mas desde que yo misma fui madre....solo entonces te das realmente cuenta de ese amor incondicional que solo una madre puede ofrecer, solo entonces sabes lo que es sacrificio, entrega absoluta, valor, coraje....amar sin esperar nada a cambio...
Debemos, como bien dices, tener tiempo para expresar a nuestros seres queridos lo mucho que los amamos, necesitamos...es lo que realmente vale la pena en esta vida, el amar y ser amados.
PD: preciosa cancion y magnifico grupo " Il Divo".
Un saludo.
Idoya.

Miguel Angel Lezcano dijo...

Creo que dedicamos mucho tiempo al resto del mundo y poco a lo que nos importa. Me alegro que te haya gustado. Un abrazo

patriber dijo...

Vayaaaaaa!! que si merece la pena!!! El texto no tiene desperdicio....Maravillosa reflexión...la comparto al 100%...
Y de lacanción...Buenooooo!!!!....
¿qué voy a decir yo de "Il Divo"????...
Si es que sólo hace falta escucharla....
¡Qué letra! Y ¡Qué grandes!...
Los mejores.....
Gracias por compartir con nostros este regalo, Miguel....

Miguel Angel Lezcano dijo...

Muchas gracias a vosotros por leer mis humildes opiniones