miércoles, 13 de noviembre de 2013

Hay salida

Como diría Martin Luther King en el discurso que brindó en los escalones del monumento a Lincoln en Washington D.C.: "I have a dream".

Esta noche mi subconsciente me ha traicionado una vez más y ha dejado fluir mis más fervientes anhelos y deseos.  Esta madrugada me he permitido la licencia de poder soñar. Quizá influido por los últimos acontecimientos,  o quizá por ver un rayo de luz y esperanza entre tanta tormenta.

Hace años, un gran luchador, bajo cuya sombra simbólica nacimos muchos, se permitió decir: “la verdad os hará libres”, a partir de ahí comenzó un movimiento reivindicativo que acabó con los cimientos de un imperio. Este importante movimiento se convirtió en un gran faro de esperanza para miles personas, hasta entonces sumidos en una profunda desesperación, y sobre todo resignados a la vida que les había tocado. Aquellos individuos  que fueron cocinados en las llamas de la injusticia. Esa frase y aquel primer revolucionario, llegó como un amanecer de alegría para terminar la larga noche del cautiverio.

Pero siglos después, debemos enfrentarnos al hecho trágico de que el momento actual por el que atraviesa España, no es ni mucho menos similar, pero desde luego tiene parecidas características: sumisión, pobreza y desesperación.
Siglos después, la vida de muchos ciudadanos es todavía minada por la restricción de esos derechos inalienables, sobre los cuales está cimentada nuestra Carta Magna. Siglos después, muchos ciudadanos  viven en una solitaria isla de pobreza, en medio de un vasto océano de derechos sociales y riqueza para alguna casta, entre ellas la política. Siglos después, muchos ciudadanos languidecen en los rincones de la sociedad española y se encuentran a sí mismos exiliado en el terreno laboral en su propia tierra.

Cuando los arquitectos de nuestra Nación escribieron las magníficas palabras de la Constitución, firmaban una promisoria nota de la que todo ciudadano español sería el heredero. Esta nota era una promesa de que todos los hombres tendrían garantizados los derechos inalienables de "Vida, Libertad y la búsqueda de la Felicidad".

Es obvio hoy que nuestra España ha fallado en su promesa en lo que respecta a sus ciudadanos.  En vez de honrar su abnegada labor y los constantes padecimientos que estos ciudadanos han sufrido a lo largo de la historia, España y la casta política dieron a los ciudadanos, en el sentido más figurado, un cheque sin valor, que fue devuelto con el siguiente lema: "fondos insuficientes". Pero no debemos rehusar a creer que el banco de la justicia está quebrado. No debemos rehusar a creer que no hay fondos en los grandes depósitos de oportunidad en esta nación. Entonces ha llegado el momento de que cobremos este cheque, un cheque que nos dará las riquezas de la libertad y la seguridad de la justicia.

En medio de este sueño, un sudor frío recorrió mi columna vertebral, con el recuerdo de tantos y tantos ciudadanos  caídos en la lucha por la consecución de estos sueños. De pronto desperté, pero me sentí contento y feliz por haber podido acariciar, aunque fuese subconscientemente, un profundo cambió.

Aunque parezca que mi estado somnoliento, pudiera haberme producido alucinaciones de un futuro prometedor, mi consciente me hizo reflexionar dándome cuenta de que algo si había empezado a cambiar y teníamos ante nosotros una llave que podía hacernos abrir unas puertas que anteriormente nunca hubiéramos soñado, aunque también entendí que había que dar un giro de 360 grados a los modelos políticos anteriormente conocidos. Debíamos eliminar cualquier tipo de rencor pasado, derechas e izquierdas. Teníamos que navegar por nuevos rumbos, tanto políticos como sociales, ya que si algo había comprendido en mi jornada matutina, es que un nuevo modelo se nos ofrecía de manera disimulada, dándonos a nosotros la opción de aferrarnos a él, o simplemente despreciarlo y anclarnos a un pasado caduco y obsoleto.


Recuerda que tras la noche, vendrá una noche más larga, quiero que no me abandones, Nación mía al alba.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que pena que dejases la política. Gente como tú es lo que necesita España. Si vuelves a ella te voto, vayas donde vayas. Yo ya sólo creo en las personas y creo en ti por tu trayectoria